Viajar vestida de mí es recordar que la verdadera maleta está hecha de memorias invisibles y de la certeza de que la divinidad se expresa en todo lo que toco, lo que miro y lo que siento.

Lo soñado no siempre se viste de épico. A veces se sienta a tu lado en una sala de cine, y te mira con los ojos de tu madre y de tu hija.

Sevillana, sumada a otra llamada Rioja, me mostraron que mi caos era también un comienzo y que ese torbellino de emociones no venía a desbordarme, sino a invitarme a un acto mayor: la entrega confiada.

Un libro que me recordó que Vestirme de Mí, requiere puntadas para siempre.

Honramos una energía que va más allá de los roles y los nombres: la energía paterna.

Una composición que me encontró justo cuando volvía a mí

Recordar que los puntos ciegos siempre estarán ahí, siendo parte esencial de mi hoja de ruta...

Y descubrí que los libros son mágicos: podían convertirse en mis alas cuando quería volar, en mi refugio y en mis maestros...

Hoy el corazón me estalla de emoción, porque al verte, o mejor dicho, al vernos ahí, puedo decirte que finalmente estoy dándonos nuestra voz

11 días de emociones encontradas, dándome permiso de sentir, expresar y soltar...

hoy, hablo desde el profundo placer que he encontrado al escucharme, al ir a mi interior y, desde ahí, conectar con el exterior

Hoy ha sido un Día de la Madre distinto a los últimos 16 que he vivido.

Durante una conferencia, uno de los participantes comentó que mis comités de Diversidad e Inclusión eran como un Flower Power Girl.

Y en este ARTE de amARTE, que buenos maestros son nuestros hijos …

Mis hijos, ese motor que me impulsa a cada día querer ser mejor persona, mejor líder y así estar al servicio de los demás...

¿Por qué no vencer el miedo y seguir luchando por esas pasiones que nos hacen vibrar y que en nuestro afán diario dejamos atrás? …

Adiós 2018 y gracias por enseñarme a mostrarme como soy, a hablar con el corazón y en cada sonrisa poder ser yo y disfrutarlas al lado de quienes amo y me ayudan a ser mejor cada día … ¡Por un 2019 fantástico!

Un fin de semana movido para mis tacones, pañales y comités…

Lo único que puedo decir del 2017 es que fue el año en el que más aprendí a decir GRACIAS.

Constancia, disciplina y amor propio hacen parte del ARTE de amARTE…