top of page
Logos hotmart_Mesa de trabajo 1 copia.png

Volar

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 9 dic 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 abr




Y en este ARTE de amARTE, qué buenos maestros son nuestros hijos…


Hace tres años no imaginaba estar aquí. En mi familia nunca hemos tenido una tradición musical. Sin embargo, cuando hace un poco más de tres años, mi hija de 10 años comenzó a insistir en aprender a tocar piano, no le presté mucha atención. No fui constante en la búsqueda de un profesor, así que ella, con su determinación, averiguó por su cuenta. De pronto, un día ya tenía toda la información: datos, horarios, costos… y pensé: “intentémoslo.”


Hoy, después de acompañarla hace 15 días a tocar en una gala de ganadores de un concurso continental de piano en el Carnegie Hall de Nueva York, y esta noche, después de su recital, me siento no solo orgullosa, sino profundamente conmovida por la lección que nos dejan nuestros hijos: escuchar su corazón.


Y si ese aprendizaje fue inmenso, lo fue aún más cuando mi hijo, hace unos meses, insistió en aprender a tocar la guitarra. Aún más que con mi hija, me costaba creerle, pues jamás antes había tenido interés por la música. Pero él, solo, pidió prestada una guitarra acústica y comenzó a aprender a través de videos de YouTube. Luego, con sus ahorros, compró una guitarra eléctrica. Después de horas y horas de práctica diaria, ¡ya se ha presentado en su colegio! Hace unas semanas, me sorprendieron con una canción juntos: piano y guitarra.


¿Qué mayor aprendizaje que este, el que nos dejan nuestros hijos? Ellos nos enseñan la importancia de acompañarlos en sus sueños, de apoyarles en su pasión. Porque ese apoyo les lleva a volar, a perseguir lo que quieren con constancia, dedicación y disciplina. Y así, aunque haya sido necesario convencer a una mamá que aprendió que no había que dudar, lo más importante es ESTAR.

Comments


bottom of page