top of page
Logos hotmart_Mesa de trabajo 1 copia.png

Retorno, pleno y ...sublime

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 27 may
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 días

-Una partitura, un hijo, un regreso a mí-



Anoche, la música me abrazó de una forma que no olvidaré.


No venía de un escenario, ni de una playlist cuidadosamente curada. Venía de mi hijo. De David. De su alma vertida en cuerdas, en silencios, en compases que no solo suenan, sino que tocan.


Antes de irse a dormir, David me dijo: "mamá, en el chat de la familia dejo la versión ya grabada, de mi composición, también les compartí la partitura y está dedicada".


En ese instante, estaba precisamente escribiendo, pues por algún extraño motivo, no he parado de hacerlo, desde hace varias semanas. Así que no la escuché en el mismo instante. Y hoy lo hice.


Cuarteto de Cuerdas No. 1, una composición que lleva por nombre: Retorno, pleno y sublime. Y desde el primer momento en que leí el título, algo dentro de mí se estremeció.


Sí. Porque estoy —precisamente— en ese retorno. En ese trayecto de volver a mí, de caminar sin prisa y sin máscaras, de volver a habitarme, no como fui… sino como me estoy recordando.


Y entonces, antes de que suene una sola nota, leo esa dedicatoria escrita en letra pequeña, pero con un amor inmenso: "A mi madre, Ivonne."


Y no pude, no quise contener las lágrimas. Porque ese "Ivonne" escrito por mi hijo no nombraba solo a la mamá. En ese Ivonne, escuché también a la mujer, a la niña que fui, a la que ha caminado todos estos años buscando reencontrarse.


A la que se ha despojado de lo que no era suyo, para recordarse fuego, voz, esencia. Y cuando los acordes comenzaron a sonar, y durante las muchas veces que lo he oído hoy, no escucho solo notas.


Escucho memorias, escucho raíces, escucho un lazo invisible que me dice: sí, mamá… este es tu momento, este es tu retorno. Yo lo veo, lo honro, lo vivo y lo celebro contigo.


Es difícil describir lo que se siente cuando el arte se vuelve un espejo. Cuando una melodía compuesta por el ser que criaste se convierte en un puente entre el amor y el alma.


Hoy escribo esto para recordarme —para recordarles— que el retorno sí es posible. Que cuando emprendemos el viaje de vuelta a casa, incluso nuestros hijos nos ven. Nos sienten. Nos acompañan.


Y a veces, hasta nos componen la banda sonora de ese regreso.


Gracias, hijito mío. Gracias, David, por vestirme con tu música.


Hoy, estoy más plena. Más yo.... simplemente…sublime.


Pd 1. Dejo acá la Nota del Compositor (mi hijo) :


“Retorno, pleno... y sublime”

Es un cuarteto de cuerdas que, desde su título, despliega la dimensión más profunda de su discurso musical.


Comienza con un sujeto que transita un sendero cada vez más amplio, pero también más tormentoso e inestable. Se sumerge en lo grosero y lo material, en el sufrimiento y la agonía, que se expanden y se estiran hasta explotar.


Entonces emprende el camino de regreso: un proceso de reconexión con su verdadera esencia, ya desprendido de sus miedos y con el deseo de transformar su realidad.


Es el Sendero del Retorno hacia su luz plena, una luz que siempre ha estado presente, pero que solo ahora comprende.


En su transformación convergen todos sus colores y energías, que ordena desde la consciencia para manifestar toda su fuerza, sublime e infinita.   


A mi madre, Ivonne”


Pd 2. En mi cuenta de Instagram (@ivonnecasado_integramente) subí un reel con un video de menos de 3 minutos de los aproximadamente 8 minutos que dura la pieza completa, por si quieres escuchar.




Comments


bottom of page