Este libro no es solo una lectura sobre la muerte, es un recordatorio feroz y amoroso sobre la vida. Sobre lo que importa y lo que queda encendido cuando ya no estamos. Y sobre cómo vivir, sabernos finitos, puede ser el mayor acto de amor propio.

Un acto de amor hacia las versiones que me protegieron cuando aún no me atrevía a ser.

La mala costumbre no es una historia fácil y quizás por eso tan necesaria. Un espacio que, sin nombrarlo, muchas hemos habitado en distintas formas: en silencio, en expectativa, en disfraz.

Durante muchos años creí que había que elegir entre lo que amaba y lo que funcionaba. Entre lo que me hacía vibrar… y lo que daba resultado. Y sin darme cuenta, me fui acomodando en un mundo donde el aplauso externo pesaba más que la voz interna.

Mi intensidad es mi don. Mi pasión no es exceso, es propósito y mi voz no es un riesgo, es medicina. Y lo que antes temía mostrar, hoy es lo que guía mi camino.

Un llamado a dejar atrás los moldes de éxito que nos exigieron masculinizar nuestra esencia para ser “tomadas en serio”. Un recordatorio de que la intuición, la empatía, la fe y la ternura también son fuerza.

“No podemos borrar el dolor, pero somos libres de aceptar lo que somos y lo que nos han hecho, y avanzar.”

Viaje a Avalon: uno de los mejores regalos que una mujer puede hacerse en esta mitad de la vida.

Morir y Renacer:  dos caras de la misma moneda. Cada vez que algo se va, se crea el espacio perfecto para algo nuevo.

Recordar que los puntos ciegos siempre estarán ahí, siendo parte esencial de mi hoja de ruta...

Piedad, pedazos y propósito: cuando la identidad se disuelve en el cotidiano

2024, un viaje profundo y transformador, un renacimiento que ha traído consigo logros tangibles y huellas invisibles, pero imborrables.

Despierta tu fuego interior, reconecta con tu esencia y transforma tu vida desde la autenticidad, la conciencia y el poder de ser tú.

hoy, hablo desde el profundo placer que he encontrado al escucharme, al ir a mi interior y, desde ahí, conectar con el exterior

Hoy ha sido un Día de la Madre distinto a los últimos 16 que he vivido.

Durante una conferencia, uno de los participantes comentó que mis comités de Diversidad e Inclusión eran como un Flower Power Girl.

Me siento orgullosa de haber tenido la valentía y el coraje de atreverme a actuar en coherencia y compromiso de ser fiel a mi esencia ...

Y me entrego a mi ser A mi ser mujer …

Y el coraje de dejarnos ver también hace parte del Arte de amARTE…

Llevo días y días dándole vueltas a cómo nos vemos a nosotros mismos … ¿qué sentimos cuando nos vemos frente a un espejo?