El dolor de existir a escondidas
- Ivonne Casado
- 14 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días
La Mala Costumbre – Alan S. Portero
Letras que me visten

Existen libros que son espejos rotos. No porque se parezcan a tu historia, sino porque te permiten ver los fragmentos rotos de otra alma… y así, ampliar la tuya.
La mala costumbre no es una historia fácil, no es cómoda y quizás por eso tan necesaria. Es, más bien, una herida abierta contada con belleza. Una niña atrapada en un cuerpo que no le pertenece. Una infancia silenciada, una adolescencia robada en un entorno hostil, conservador y profundamente binario.
Un espacio que, sin nombrarlo, muchas hemos habitado en distintas formas: en silencio, en expectativa, en disfraz. Y sin embargo, en cada página, hay un grito, una ternura, una dignidad que no se apaga.
Me atravesó desde el dolor de no poder habitarse. Me conmovió profundamente la forma en que Alana S. Portero narra esa lucha por vestirse de sí misma en un entorno que niega, que reprime, que etiqueta. La protagonista crea un “traje de feminidad hecho a escondidas y a su medida”, como ella misma dice. Así como yo, que también he hablado de la importancia de elegir nuestros propios vestidos simbólicos, esos que no nos aprietan, que no nos disfrazan, que nos revelan.
Y sin embargo, qué difícil es coser ese vestido cuando nadie te enseña cómo. Cuando te arrebatan el tiempo de ser niña, de llorar por amores torpes, de bailar sin culpa, de aprender a ser mujer sin interrupción. Esas frases del libro resuenan como un eco en el alma:
“El maldito tiempo, lo que se nos arrebata a las mujeres como yo…”
Y entonces, me pregunto:
¿Cuántas personas han sido empujadas a vivir desde el silencio?¿Cuántos cuerpos han sido prisión antes que expresión?
¿Cuántas veces la autenticidad ha tenido que esconderse para sobrevivir?
La mala costumbre es una historia de exclusión, pero también de conquista interior. De cómo la identidad se defiende incluso cuando no se puede pronunciar en voz alta. Y de cómo siempre, siempre hay esperanza si decidimos recordar quiénes somos, incluso si nadie más lo ha hecho antes.
Hoy, como facilitadora de procesos de consciencia, como mujer, como madre, como voz que se levanta para legitimar otras voces, celebro que existan estos libros incómodos, honestos, valientes. Libros que nos devuelven a la empatía más profunda: la de no juzgar lo que no entendemos, sino abrazarlo.
Gracias a @lasdelbookclub por haber traído esta historia a nuestras manos. Porque leerlo en comunidad lo hizo aún más potente
📚Y desde este espacio íntimo, donde las palabras también son vestidos del alma, te invito a leer esta historia.Porque a veces el mayor acto de rebeldía es atreverte a nombrarte, incluso si es en la oscuridad.
Коментарі