El secreto de mi fuego: el miedo a ser demasiado intensa
- Ivonne Casado
- 13 may
- 2 Min. de lectura
-Secretos que me Visten-

Durante mucho tiempo, temí que mi fuego fuera demasiado, demasiado para otros, demasiado para el sistema, demasiado… incluso para mí.
No por inseguridad —he trabajado años en construir mi voz—sino porque intuía que si ese fuego se encendía del todo…ya no habría vuelta atrás.
Y es que, como dice Eduardo Galeano, "hay fuegos que arden la vida con tantas ganas, que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende". Y sí, hay fuegos que no se apagan, solo se contienen. Se disfrazan de prudencia, se maquillan de cordura, se ajustan al tono que se espera de una mujer en ciertos espacios: corporativos, familiares, sociales, espirituales.
Mi fuego venía desde muy lejos, desde antes, incluso de saber escribir. De esa niña que armaba mundos con palabras, de la que sentía todo intensamente y no sabía cómo acomodarse en la lógica de lo que se debía ser.
Pero crecí y aprendí a usar mi voz… hasta donde no incomodara, a brillar… hasta donde no eclipsara, a proponer… sin incendiar, a hablar… sin arder.
Hasta que mi cuerpo habló y la vida se quebró. Hasta que la máscara me quedó tan apretada que ya no podía respirar y entonces recordé. Recordé que mi fuego no era amenaza, era guía, era brújula, era hogar.
Ese fue mi primer secreto, que ocultaba de mi misma, el más antiguo, el que he tenido que recordar no con la mente, sino con el alma, pero que hoy puedo decirlo en voz alta:
Mi intensidad es mi don.
Mi pasión no es exceso, es propósito y mi voz no es un riesgo, es medicina. Y lo que antes temía mostrar, hoy es lo que guía mi camino.
Este artículo es una ofrenda, un acto de memoria viva y una invitación a ti que me lees, para que también te preguntes:
¿Qué parte de ti has apagado por miedo a ser demasiado tú?
Porque eso que temes mostrar…podría ser justo lo que el mundo necesita ver.
Comments