Entre Abrazos y Gratitud: El Cierre de un Año

Pocas veces encuentras una foto que realmente capture lo que eres…

Hoy, elijo esta porque, aunque puede haber fotos mejores, siento que esta es una de esas imágenes que transmite mi esencia. Y así, siendo yo misma, puedo suspirar, vivir y sentir.

Estoy, justo ahora, acompañada de mis hijos, mi papá, su esposa y mi hermanita. Extraño a aquellos que amo y que hoy no están aquí y es inevitable dedicar algunos pensamientos al cierre de este año y al comienzo del que está por venir…

Pero sobre todo, quiero manifestar todo mi agradecimiento: a cada minuto de este año, a cada despertar, a cada sonrisa, a cada latido de mi corazón. Algunos de esos latidos fueron rápidos, llenos de emoción, de nervios; otros más lentos, casi suspendidos, como cuando el suspiro se retiene…

Estoy agradecida por cada mirada que pude recibir, por esos momentos que me hicieron sentir viva, por las palabras que pude oír y por aquellas que pude leer.

Por los abrazos… ¡qué emoción los abrazos! Esos abrazos de manos pequeñas que me dieron mis hijos cada día, recordándome el placer de ser mamá. Esos abrazos de amistad que estuvieron conmigo a lo largo del año, y aquellos que pude dar y recibir de mi familia y de las personas que tengo en el corazón.

Agradecida por cada imagen que está grabada en mi memoria, por aquellas que puedo ver nuevamente, congeladas en un lente, y que me hacen reír y llorar al volver a verlas.

Agradecida por cada lágrima que derramé en momentos de rabia y angustia, porque me hicieron valorar aún más lo afortunada que soy. Y también por las lágrimas que salieron de mis ojos, de alegría y emoción.

Agradecida por cada baile en mi interior con cada emoción que me permite vibrar, y danzar incluso con los pies inmóviles…

Hoy, espero el 2017 con ganas de seguir gritando, con ganas de seguir bailando, con ganas de seguir riendo y también llorando.

Con ganas de seguir viendo las sonrisas de mis hijos, con ganas de seguir sintiendo latir mi corazón, a veces con alegría y otras no tanto. Con ganas de levantarme cada mañana, llena de la expectativa de los regalos que el día quiera darme.

Y acostarme por la noche con el placer de lo cotidiano en mi existir..