Actitud, estilo y libre albedrío
- Ivonne Casado
- 31 may 2015
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 abr
"Actitud, actitud, actitud. Y si sabes llevar algo encima tuyo, puedes hacer que se vea genial. No tiene que ser algo caro, tampoco algo a la moda. De hecho, algunas veces esas cosas pueden jugar en tu contra. Una tendencia puede ser algo increíble si funciona para ti. Pero si no lo hace, es inútil y puedes verte rarísima." – Iris Apfel

Esta semana, un amigo con quien comparto la pasión por los colores, la estética y los espacios que hablan de nosotros mismos, me dijo: “Tengo una amiga que es diseñadora de ropa y podría gustarte, es de tu estilo.” A lo que respondí: “¿Estilo? ¿Yo tengo un estilo? ¡Dime cuál es mi estilo!”
Voy a repetir sus palabras: “Es una mistura (en portugués), una combinación entre trendy chic y vintage.”
Después de pensarlo mucho, ¡me gustó!. Me gustó mucho. Me gustó porque me hizo reflexionar: todos tenemos un estilo que habla de nosotros mismos. Como dice Iris Apfel, es cuestión de actitud, de escuchar a nuestra musa interna. Es hermoso pensar que cómo me veo, lo que me pongo, cómo lo llevo, habla de mis emociones, mis estados de ánimo, mis pasiones. Es una expresión de lo que llevo dentro e incluso de los temores que enfrentamos al decidir qué mostramos o no al mundo.
Este pensamiento me llevó un paso más allá. Desde hace tiempo, algunas personas me habían dicho: “Si te gustan las redes sociales, las fotos, si disfrutas salir en ellas, ¿por qué no compartes las cosas que tienes? ¿Dónde consigues tu ropa, tus zapatos, tu maquillaje?” Al principio, dudé. Pero luego pensé: si soy esos tacones (léase zapatos, altos o no), pulseras y colores que siempre van conmigo, ¿por qué no compartirlos? Son una parte de mí.
Y aquí estoy, contando un poco más sobre mí. Dejando salir más a los tacones que a los pañales y comités. No sé si mi estilo tenga un nombre técnico para aquellos que saben de moda. Lo que sé es que es una forma más de gritar en voz alta lo que llevo dentro, lo que me apasiona, y dejar una huella en quienes lo encuentren valioso o inspirador.
¡Wao! Cómo amo la posibilidad que tenemos de decidir en cada minuto. Gracias, Dios mío, por el libre albedrío. Y como dice Iris Apfel: “Aquí estoy hoy.” Para quienes quieran más de mí.
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