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Constancia, Disciplina y Amor Propio

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 22 dic 2017
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 23 abr


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Estamos cerrando este 2017, un año en el que he aprendido el verdadero ARTE de amARTE.


El arte de enamorarme de mí misma, de mis emociones, de mis alegrías e incluso de cada desilusión y lágrima.


Y es así como llego a descubrir que para amarme, también necesito constancia y disciplina.


Desde principios de este año, y aún cuando ya había comenzado mi proceso de aprender a quererme desde mi esencia, desde la libertad de ser lo que soy, sin máscaras ni tapujos, sentí que algo seguía sin encajar. Me sentía como si estuviera fracasando, frustrando mi voluntad y regresando una y otra vez al punto inicial. Este ciclo incluía el deseo de bajar de peso, de sentirme bien físicamente, de cuidar mi cuerpo, mi salud, y de ser un ejemplo para mis hijos en cuanto al cuidado personal.


Después de muchos intentos durante el año, hace tres meses tomé la decisión de dar el paso que sentía necesario. Fue entonces cuando encontré un programa de entrenamiento que no solo me ha transformado físicamente (aunque sí ha habido cambio), sino que lo que realmente he aprendido es que no hay forma de amarnos si no cultivamos la constancia y disciplina con nosotros mismos. No basta con mirarnos al espejo y sonreír, sino con trabajar cada día en nuestro interior, en nuestra salud, y en ser ejemplo de lo que significa cuidar nuestro cuerpo, mente y alma.


Hoy no canto victoria, pero me siento orgullosa de los avances que he logrado. Al mirarme al espejo, me resulta difícil creer que soy la misma persona que, hace unos meses, evitaba mirarse porque no se sentía capaz.


Hoy, me llena de alegría poder dar un buen ejemplo a mis hijos, como cuando mi hijo mayor me dijo la semana pasada: “Lo mejor no es lo físico, es que ahora veo que a mamá le hace falta hacer ejercicio y lo hace porque le gusta, no porque le toca”. En ese momento, no pude sentir más que gratitud conmigo misma y con las decisiones que he tomado.


Hoy sé que lo más difícil no es llegar a la meta, sino mantenerse. El verdadero aprendizaje está en sostener lo que hemos alcanzado. Por eso, me permito vivir un día a la vez, y cada día, al despertar, me digo a mí misma: “Hoy es otro día más de vivir el ARTE de amARTE: Vive, lucha, no desfallezcas. Y si caes, levántate. No te rindas. No te permitas sentirte derrotada. Da un golpe a lo que te frena, déjalo atrás y avanza. Sé libre, y sé lo que siempre has soñado ser.”

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