¿Quién soy?
- Ivonne Casado
- 8 feb 2015
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 abr
Trayendo a mi memoria un texto que compartí en estos días… Hasta hoy, nunca había definido en palabras: ¿QUIÉN SOY?

¿Soy el poco más de 1,50 cm de estatura que me identifica?
¿O soy la “bella sonriente” que dice mi mamá?
¿O tal vez esta mujer de signo Leo, nacida un 18 de agosto hace un poco más de 40 años, que como buena leona le gusta llamar la atención y llevar a los demás hacia lo que ella prefiere, y se molesta cuando no le dedican toda la atención?
¿Quizás me describe mejor si hablo de esa mujer, madre de dos hijos menores de 12 años, que ha pasado por todos los estados civiles y posibles formas de relación, como dice Facebook (casada, separada, divorciada, novia, es complicado), pero siempre con la misma pareja, hasta que desde hace casi 10 meses “viuda” es mi actual estado civil…?
Pensándolo un poco más, podría decir que soy la mayor de dos hermanos del primer matrimonio de mis padres, y que conservo el título de mayor luego de mis hermanitos que llegaron más adelante. ¿O si explico que hoy soy una orgullosa tía de dos maravillosos sobrinos?
¿O simplemente una ingeniera de profesión, con una que otra especialización y programas de alta dirección, que desde hace 20 años trabaja en el sector financiero? Irreverente al vestir para lo formal del medio, me encanta relacionarme con las personas, y me siento orgullosa cuando de formar equipo y facilitar el desarrollo de las personas se trata.
¿O tal vez soy esa artista escondida, que vibra al disparo de su cámara cuando capta la alegría de sus hijos, o cuando hace feliz a alguien con una de sus fotos, y que ama las redes sociales tanto que podría fácilmente ser una community manager?
¿Quizás soy esa amante del chocolate oscuro, tal vez con un poco de ácido que lo acompañe, y que su piel vibra cuando oye el “Concierto para piano No. 5 de Beethoven”, o es capaz de llorar con el sonido de las teclas del piano de Erik Satie o con el chelo de “The Blower’s Daughter”?
¿Y que es capaz de ir al cine sola, a veces ver hasta 3 películas seguidas, y disfrutar los diálogos sin fin de Richard Linklater en su trilogía con Ethan Hawke y Julie Delpy (varios saben de qué se trata)?
No es fácil decir si me describe mejor el ser esa mujer extrovertida que siempre encuentra de qué reírse, que le gusta cumplir con lo que le encargan, y que necesita del contacto físico con las personas a su alrededor, y se deprime si no tiene con quién hablar…
¿O tal vez debería decir que soy una sedentaria en cuanto a ejercicio se refiere (tratando de romper esta tendencia en estos días), que odia el plan de camping, que no sabe cocinar, que entre el vino tinto y el vino blanco no hay duda de que el color es su pasión, y que un buen libro siempre será su mejor compañía? He leído "El Principito" tantas veces que perdí la cuenta, y este personaje forma parte de mi espacio todo el tiempo.
¿O soy la mujer que prefiere unas vacaciones frente a una chimenea y puede pasar horas viendo un cuadro en un museo, si de colores se trata, y que un domingo en casa, en plan de arrunchis con sus hijos, bañándose a las 7 de la noche con comida a domicilio, ocupa uno de los puestos principales en su escalafón?
Y ni qué decir de la llorona que llevo dentro, un poco ingenua a veces, porque siempre parte de la buena fe de las personas; que ama con total entrega, desde la pasión más fuerte hasta a sus grandes amigos, y muchas lágrimas han caído al ser una romántica empedernida que cree en la fuerza y el poder de los abrazos, y que un beso puede decirle más que mil palabras. Pero, al final, una creyente mujer que sabe que cuando vamos al interior, a la luz, “todas las cosas nos ayudan a bien”.
¡Waoooo! Realmente cobra sentido ver cómo la suma de miles de cosas nos hace ser más allá del alto, bajito, gordito, flaco, moreno o blanco, rubio o castaño… aquello que nos hace únicos.
Hoy abro mi corazón nuevamente para decir de dónde vengo y a dónde voy…
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