¿Y para cuando quiero?

Y a las que están solteras: “¿Y tú tan bonita, tan inteligente, con tan buen puesto y sin novio?”

Y a las que se casan: “¿Y para cuándo el bebé?”

Y a las que tienen un hijo: “¿Y para cuándo el segundo?”

Y aunque no lo creamos, también a las que, como yo, después de casarnos, tener el primer hijo, el segundo, el trabajo, la casa, el carro y la foto familiar perfecta, ya sea por decisiones propias o por circunstancias fuera de nuestro control, nos encontramos nuevamente sin pareja, también nos llegan preguntas como:

“¿Y tú tan joven, tan bonita, tan pila, no vas a rehacer tu vida (porque al parecer la que tengo no está hecha)?”,

“¿Estás muy joven, tus hijos se van a ir y te vas a quedar sola?”

Entonces, pienso que hoy puedo dar una gran respuesta a quienes, con amor o sin él, tienen esta gran preocupación:

¿A veces siento nostalgia de lo que ya no fue? Sí. La siento profundamente, especialmente al pensar que lo que alguna vez soñé y planeé al lado de quien amaba, ya no pudo ser. Y aunque esas decisiones no fueron mías, la vida me ha llevado por otro camino, uno trazado por el universo.

¿Quiero estar sin pareja? No lo sé. Lo que sí sé es que no quiero UNA PAREJA solo para cumplir con el estándar de vida que la sociedad, la tradición y las costumbres nos imponen. No quiero una pareja solo como compañía.

El otro día leí un meme que decía: “Estoy buscando al amor de mi vida, marido ya tuve”. Tomando esas palabras prestadas, con una pequeña variación… Yo tampoco quiero un “marido”, pero sí quiero un CÓMPLICE DE VIDA. Un cómplice que conozca lo peor de mí, que tenga una vida feliz sin mí, pero que aún así prefiera vivirla conmigo.

Y sí, a ti, que aún no sé cuándo estarás para mí, pero que tal vez ya estás aquí y no te he visto:

Quiero que seas mi mejor amigo.

Quiero que seas mi apoyo cuando más lo necesite.

Quiero que me ames, incluso en mis peores momentos, cuando ni yo misma me soporte.

Quiero que seas mi amante, el que despierte en mí toda la pasión y se llene de placer al escuchar mis gemidos.

Quiero que seas mi aliento cuando sienta que más lo necesito.

Quiero que seas mi confidente para compartir mis miedos y secretos.

Quiero que seas ese abrazo que me haga sentir que en tus brazos es el mejor lugar del mundo.

Quiero que me veas hermosa el día en que me sienta más fea, y que mi cabello despeinado te llene de locura.

Quiero que me acompañes en mis caprichos, pero que seas mi equilibrio cuando más lo necesite.

Quiero mirarte a los ojos y encontrar la tranquilidad que sólo tú me puedes dar.

Quiero tu sensibilidad al ver un amanecer y que puedas llorar con una canción.

Quiero admirar tu empuje, seguir tu ejemplo y escuchar tu voz cuando sienta que no tengo fuerzas.

Quiero tu creatividad y tenacidad para lograr lo que deseas.

Quiero que tus palabras hacia mí me llenen del encanto de saber que son mías.

Quiero que seas mis besos al despertar y al dormir.

Quiero que seas mi aventura al levantarme cada día, con la magia de descubrir algo nuevo.

Quiero sonreír siempre para ti, y que en esa sonrisa sepas que todo esto que quiero, también quiero serlo igual y más para ti.