Sostenernos con LUZ
- Ivonne Casado
- 11 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 jul
-Un llamado a elegirnos mientras el mundo se sacude-

El mundo está en movimiento.Y no solo la tierra bajo nuestros pies, como lo sentimos en una parte de nuestro país y que claro nos produjo miedo.
Se mueve el alma colectiva. Se sacuden nuestras certezas. Se activan emociones profundas.Y se enciende, también, la necesidad de regresar a lo esencial.
Vivimos días donde la violencia vuelve a tocar nuestras puertas, donde los titulares duelen, donde muchas personas —cerca y lejos— atraviesan pérdidas, desafíos, temblores internos y externos.
Y ante todo eso, sentimos, nos conmueve, nos toca, nos lleva a elegir, una y otra vez, desde dónde queremos vivir este presente.
Podemos elegir quedarnos en el miedo o cultivar nuestra consciencia.Podemos sumarnos al ruido o crear espacios de pausa.
Podemos apagar lo que sentimos o integrarlo con amor.
Elegirnos es un acto diario.Y más aún en estos tiempos. Es permitirnos sentir sin colapsar. Es reconocernos vulnerables sin rendirnos. Es acompañar lo que duele y, al mismo tiempo, cuidar lo que en nosotros aún brilla.
Integrarnos no significa resolverlo todo. Desde donde mi experiencia me ha ido mostrando, integrarnos significa sostenernos completos: con la emoción y con la calma, con las preguntas y con las semillas de certeza, con la sombra que nos visita y la luz que elegimos encender.
Hoy, más que nunca, necesitamos recordarnos que cada elección interna cuenta.
Que cuando cultivamos presencia, empatía y cuidado, estamos transformando la energía con la que habitamos el mundo y eso también es una forma de sanar.
Porque lo que está pasando allá afuera —la violencia, la incertidumbre, la tensión— también puede ser una oportunidad para encender nuestra fuerza interior, y desde ahí, ser parte del cambio que queremos ver.
Si estos días estás sintiendo más de lo habitual, está bien. Es una señal de que estás despierto, de que estás vivo y de que puedes elegir cómo atravesar este presente.
Respira contigo, haz pausas, regresa a tu centro. Y recuerda que incluso en medio de lo incierto, sostenernos con luz es posible.
Y ese acto —personal, íntimo, profundo— también eleva la frecuencia colectiva.
Gracias por estar.
Gracias por sentir.
Gracias por elegirte, incluso ahora.
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