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Serendipity

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 26 abr 2016
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 23 abr



Hoy no quiero hablar de la fe como lo entendemos en términos espirituales, dependiendo de las creencias de cada uno.


Hoy quiero hablar de esa necesidad universal de creer (que para mí, es parte de Dios), de la necesidad de confiar, de la necesidad de no entender y poder esperar.


De comprender que nada en nuestra vida pasa por casualidad. Cada momento que vivimos nos invita a estar agradecidos, si tan solo nos preguntamos qué pudimos aprender.


Cómo entender que incluso las lágrimas que nacen de la tristeza son la consecuencia de lo que nos hizo felices antes y por eso duelen tanto: perderlo, extrañarlo. Pero si dejamos que nos limpien, poco a poco se transforman en bellos recuerdos y nos dejan listos para nuevas oportunidades.


Que cuando creemos, podemos suspirar al dejar el pasado atrás y darle la bienvenida a nuevos suspiros, que nos llenan de paz.

Que cuando nos amamos y damos lo mejor de nosotros, cada día nos presenta justo lo que necesitamos: las palabras perfectas de quien menos lo esperamos, el abrazo que sana en el momento crucial, la canción que susurra al oído y nos ayuda a entender lo que sentimos, el amor incondicional de nuestra familia, ese abrazo de tus hijos que te hace sentir que no existe amor más grande, las palabras que encontramos justo cuando no sabíamos lo que buscábamos, esa mirada que te hace sonreír, el mensaje inesperado que llega directo a tu corazón…


Y, por supuesto, el despojarnos de cualquier sentimiento negativo, nos enseña que el rencor nunca lleva a nada, mientras que el perdón, por el contrario, sana.


Así, cuando estamos libres y dispuestos a recibir lo mejor, lo encontramos. Y aunque en el camino derramemos lágrimas, estas nunca serán más fuertes que el poder de nuestra sonrisa.


Estas últimas semanas han sido una montaña rusa, con altos y bajos, emociones encontradas, muchas lágrimas derramadas, pero hoy me siento agradecida. En cada día, he tenido la oportunidad de recibir esos pequeños regalos que me hacen feliz, me ayudan a limpiar mi alma y a seguir dando lo mejor de mí.


Este fin de semana estuvo lleno de momentos #serendipity, que hoy ratifiqué en mi interior, y que me llenan de alegría. Me hacen sonreír con emoción…


Hoy abro mi vida, mi alma, mi mente, mi espíritu y mi corazón a recibir lo mejor, sin tener que buscarlo.

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