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Juana: la locura de no callar

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 29 may
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 14 jul

El Pergamino de la Seducción – Gioconda Belli

Letras que me visten


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Hay libros que, sin saberlo, nos esperan. Y hay nombres que se nos revelan. Juana, por ejemplo, para mí, es uno de ellos.


El año pasado leímos en @lasdelbookclub El pergamino de la seducción, de Gioconda Belli y no sé por qué me había demorado tanto en traer este libro a ¡Letras que me Visten!.


Fue una lectura poderosa no solo por su trama, sino por lo que despertó en mí, porque justo la sesión del club de lectura de ese mes, con ese libro coincidió con un hito en mi vida: mis 50 años. Y no fue casualidad que ese encuentro se celebrara en mi casa.


En el libro, Juana de Castilla, a mi juicio coincidiendo con grandes críticos e historiadores, mal llamada “la Loca”, es reimaginada en este libro a través de una narración que mezcla historia, deseo y redención.


Pero más allá de la ficción, fue el nombre Juana el que resonó profundamente en mí. Una voz del pasado que me hablaba al oído. Como si esa historia fuera también mía. Como si yo también hubiese callado tanto tiempo cosas que me hicieron parecer “loca” cuando en realidad solo eran fuego contenido.


En aquella sesión especial tuvimos, además, la fortuna de contar con Lourdes García, historiadora española, quien nos ayudó a profundizar en la vida real de Juana de Castilla. Fue una conversación potente, un acto de reivindicación. De mirar con nuevos ojos la historia, de permitirnos sentir que detrás de cada mujer etiquetada hay una verdad que incomodó, una voz que desbordó el molde.


Hoy, al volver sobre este libro, siento que fue uno de los regalos invisibles que recibí en esa transición de década. Porque ser mujer, recordar la historia, y darle forma con nuestra propia voz, también es un acto de sanación.


📚 Si esta historia te toca, te conmueve o te inspira, te invito a leer el libro. A preguntarte por tus propias “locuras” silenciadas y por todas esas veces en las que no hablaste por temor a no encajar. O por el contrario que sin importar, lo que pensaran de ti, nunca silenciaste tu voz.


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