Letras que me Visten: leer para INTEGRAR
- Ivonne Casado
- 26 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 abr

Muy pocas veces me he atrevido a escribir sobre los libros que leo.
Sí, a veces he compartido frases que me resuenan, lecturas en videos o fragmentos que me atraviesan. Pero nunca había abierto un espacio para hablar de lo que los libros me hacen sentir, pensar, recordar. Y creo que ahora, más que nunca, ese espacio merece existir.
Desde que tengo memoria, los libros han sido parte de mí. Aprendí a hablar casi antes de caminar, y antes de que me enseñaran a leer (y aprendí muy niña), ya sostenía cuentos entre mis manos y de tanto que me los habían leído ya los sabía de memoria y me hacía que los leía en voz alta, mirando las ilustraciones y soñando con otros mundos. A los seis o siete años, me sentaba frente a la ventana a ver pasar el tren, y en mis rodillas, siempre había un libro. Uno de mis favoritos era el tomo de cuentos de otros países de la enciclopedia de El Mundo de los Niños. Así, mientras el sol bajaba, yo me subía a los relatos. Sin moverme de mi casa, viajaba a tierras lejanas, a reinos invisibles, a mitologías que despertaban en mí una sensación que aún hoy me habita: la de que hay algo más allá de lo que se ve.
Durante años, me perdí —o más bien, me encontré— en la biblioteca de mis abuelos. Las estanterías eran mi refugio. Allí comencé a creer en la magia, en los misterios, en los símbolos, en la profundidad. Aquella niña creció. Vivió. Logró. Soñó. Cayó. Y volvió a levantarse. Y sin importar lo que pasara en el camino, siempre hubo un libro acompañando la transformación.
Leer me ha vestido de muchas maneras: a veces con armaduras, a veces con alas, a veces con un espejo.Y hoy, que he decidido nombrar este rincón Letras que me visten, lo hago porque reconozco que los libros me han abrigado, desnudado, protegido, desafiado y recordado quién soy.

Siempre he caminado entre dos mundos: El de la estructura, la estrategia, los logros visibles…Y el del fuego, la intuición y la magia que no se ve, pero que se siente en lo más profundo del alma.
Y mis lecturas no han sido ajenas a esa dualidad. Leo varios libros al tiempo: ¡Siempre!. Por un lado, esas novelas que me llegan al corazón, que me permiten viajar sin moverme y que me regalan la libertad de imaginar y por otro lado, esos textos que me confrontan, que me hablan del alma, de la energía, del propósito, del misterio. Esos que me enseñan sin decirme qué hacer, pero que despiertan en mí un fuego que me guía.
Tal vez por eso, en casa, mi esposo dice en broma que me salen libros hasta debajo de las sábanas… y no está tan lejos de la verdad.
Hoy, como embajadora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2025, siento que es el momento perfecto para honrar esta parte de mí que ha estado siempre, y que ahora deseo compartir con más intención. Porque creo que los libros no son solo objetos: son puertas a la imaginación, son testigos de nuestro camino.
Por eso nace este espacio. Porque sí, hay letras que me visten… y otras que me desnudan. Porque hay historias que me sacuden… y otras que me sostienen. Y porque sé que, al compartirlas, quizás otras personas también puedan reencontrarse en ellas, o descubrir nuevos caminos por los que dejarse llevar.
Te doy la bienvenida a este rincón del alma, donde cada reseña será un pedacito de mi historia en diálogo con otras voces, otros mundos, otros fuegos.
Y aquí, desde este punto de partida, te invito a viajar conmigo. A leer desde el alma. A dejarte vestir por las letras. Muy pronto, comenzaré a compartir las reseñas de libros que me han tocado profundamente, empezando por algunos leídos en el club @lasdelbookclub, y también otros que me acompañan en este viaje de integración. Todo esto, mientras nos acercamos con emoción a la FILBo 2025, que este año celebra “Las palabras del cuerpo” con España como país invitado.
Será un honor recorrer este camino de letras contigo.
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