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Recargando

  • Foto del escritor: Ivonne Casado
    Ivonne Casado
  • 17 nov 2018
  • 3 Min. de lectura
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No es la primera vez que escribo mientras voy en un vuelo … hay espacios que nos invitan a soltar y para mí, los aviones tienen un encanto particular para hacerlo.


Hoy regreso a casa después de unos días fuera que además de ser un viaje de trabajo y aprendizaje, te permite conocer personas nuevas con muchas experiencias personales y que a pesar de venir de diferentes países, tienen las mismas inquietudes que tú, los mismos temores, pasiones, ganas e incertidumbres frente al porvenir.


Además también poder reencontrarte con amigos, unos de muchos años que, a pesar de no hablarse en gran tiempo, encuentras que sigues manteniendo una linda conexión, otros, que los conoces hace menos tiempo pero con quien desde la primera vez, logras saber que tienen un propósito en tu vida … y así también, días donde conoces nuevas personas para saber que al calor de un brindis, puedes reírte y aprender de alguien más, recordar personas que han sido importantes y que siempre vivirán en ti, o incluso, encontrarte con historias que podrían ser de una novela y llegan de quien menos lo imaginas y puede abrir su corazón en un instante para confiar en ti y en un abrazo dejarte saber que nunca estarás sola.


Y qué decir de estos días, que también llevaron mi corazón al pasado e incluso entre lágrimas pude cantar, a riesgo de quedarme sin voz, en medio de un gran auditorio, canciones (jamás pensé que podría hacerlo en vivo y fue un sueño cumplido) que me hicieron recordar el amor, de la forma que hasta ahora lo había conocido y del cual hoy existen dos grandes tesoros que son mis motores de vida y así … entre música y canciones seguir dejando atrás con una despedida en voz alta lo que fue y tuvo y tendrá para siempre un valor incalculable que en una gran parte me ha llevado a ser y descubrir cada día quién soy.


Y es así como solo puedo sentir estos días como una gran recarga …. y una oportunidad más de agradecer …


Justo antes de viajar tuve tres días con una de las crisis de vértigo más fuertes que haya tenido en los últimos años y de nuevo … días que la rabia al sentirme débil e impotente me hacen querer salir corriendo..., días que habían sido precedidos por unas semanas donde una montaña rusa es pequeña en cuanto a subidas y bajadas, semanas donde te sientes atado, enjaulado, y muy cansado y de repente piensas en el propósito de lo que haces, en tu esencia, en esos aspectos de tu vida donde eres capaz de vibrar en tu sintonía más alta y en aquellos que son más fuertes que tú y te llevan a tu vibración casi inexistente y donde no eres capaz de controlar tus emociones.


Semanas además donde aún con esas emociones y sentirte en esa parte baja de la montaña… también sonríes cuando encuentras que tienes a tu lado personas donde su centro te vuelve a conectar y te escuchan y de alguna forma están ahí para ti y solo puedes dar gracias… porque además te hacen pensar en lo básico nuevamente y reencontrarte con esa esencia que nos mueve …


Semanas donde te das permiso de ser vulnerable e incluso estar triste y que aún cuando el corazón duela un poco … también sonríe cuando sabe que lo ha dado todo, aún dejando a un lado prejuicios, orgullos y que aún cuando deba decir adiós y las lágrimas asomen… esas mismas lágrimas te preparan para saber que aunque duela es mejor volver a dar y entregar que tener miedo y retener … porque a veces caes .. ¿pero te imaginas si puedes volar?


Aquí estoy hoy, cerrando esas semanas, con estos días de recarga fuera del día a día con, de repente, más temores que los que tenía semanas atrás, con muchos miedos frente a lo que ha de venir en muchos aspectos personales y profesionales, pero llena de pasión, de ganas, de fuerzas al saber que puedo ser yo siempre, que mi sonrisa no debe apagarse jamás, que cuando no puedo yo, puede Dios en mí, que ser vulnerable me permite fortalecerme, y encontrar que cada lagrima es producto de lo mismo que me hizo sonreír y que hasta los obstáculos que nos generan impotencia y rabia en el camino, no son más que la oportunidad de agradecer por aquello que nos llevan a descubrir y a aprender ……


Y que ahí está el ARTE…. ese ARTE de amARTE…





 
 
 

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