El orden secreto de la imaginación
- Ivonne Casado

- 17 sept
- 2 Min. de lectura

Hay días en los que la escritura no es un acto voluntario, sino un rumor que comienza en mi barriga. Es un impulso que me dice: ahora. Y entonces me siento frente a la página, no para escribir, sino para dejar que ella me escriba a mí.
En estas semanas he sentido cómo cada experiencia ha sido una crisálida: el silencio profundo de los caballos, el fuego de las constelaciones, las palabras luminosas en conferencias, los aprendizajes que aún se mueven debajo de mi piel. Cada paso me ha recordado que mi ciencia mental no es enemiga del espíritu, sino su aliada.
He llorado sin saber qué futuro me esperaba. Lágrimas que en algún momento pensé que querían vaciarme, pero que en realidad me estaban bautizando de nuevo, porque cada una me ha hecho renacer con más fuerza en mi capacidad de imaginar.
Y es en esa imaginación donde descubro que ya soy lo que siempre sueño.
Cuando me concentro en esa imagen interna, accedo a un orden secreto, un nivel de conocimiento que no se encuentra en los libros ni en las fórmulas, sino en el centro mismo de mi identidad. En esa pregunta que me acompaña siempre: ¿quién soy yo?.
Hoy sé que soy yo misma quien ha de definirme. No desde los roles que me impusieron ni desde los moldes que alguna vez me apretaron, sino desde la infancia que me habita, desde ese diálogo interior que nunca calla. Allí descubro que los infinitos poderes del mundo están siempre dispuestos, esperando ser canalizados a través de mi voz, de mi cuerpo, de mi existencia.
Soy un puente que une ciencia y espíritu, soy una mujer que se viste de cada lágrima, de cada descubrimiento, de cada imagen de abundancia.
Y en este instante, más que nunca, me sé creadora de mi propio destino: no un proyecto inconcluso, sino una obra viva que se expande con cada palabra que me atrevo a pronunciar y hoy aquí, a escribir.




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