El Poder de Recordar: Reescribir el Legado Femenino
- Ivonne Casado
- 8 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 abr

Al mirar atrás, pienso en el poder que tiene el recordar, no solo como una herramienta para comprender nuestro pasado, sino como una puerta que nos invita a conectar con nuestro pasado, honrar nuestra historia, pero también el poder que podemos tener al resignificarla, pudiendo reescribir lo que somos desde una nueva coherencia y haciéndonos cargo de lo que vivimos ahora.
Hoy, 8 de marzo, se honra un día que, aunque ha sido comercializado y transformado en una fecha conmemorativa de consumo, sigue siendo para mí una oportunidad para la reflexión profunda.

Este año, mientras escribo este artículo, mi corazón recuerda un momento especial. Un año atrás, exactamente el 8 de marzo, me encontraba, junto a mi esposo, en Hiroshima, un lugar cargado de historia, lleno de lecciones sobre el poder de recordar.
En ese viaje, tuve la oportunidad de visitar el monumento de la paz, donde cientos de miles de grullas de origami se alzan hacia el cielo en memoria de Sadako Sasaki, una niña que, a los dos años, sobrevivió a la devastación de la bomba atómica. Sin embargo, a los 12 años, murió de leucemia debido a la radiación. Antes de su muerte, ella confeccionó 1,000 grullas de origami, como parte de una antigua leyenda japonesa que decía que, quien construyera mil grullas, recibiría un deseo. Tristemente, Sadako no vivió lo suficiente para ver su deseo cumplido, pero su historia se convirtió en un símbolo eterno de resistencia, valentía y esperanza.
Al pensar en ella, no solo me conecté con el sufrimiento de una niña y su tragedia, sino también con el poder de recordar, de honrar el pasado, para cambiar el futuro. Y fue ahí donde me encontré reflexionando sobre la importancia de reescribir nuestra propia historia, como mujeres. Al igual que Sadako, cada una de nosotras tiene un poder inmenso dentro de sí: el poder de transformar el dolor en fuerza, el miedo en valentía, y la historia escrita en el camino de la liberación, cuando asumes el poder de reescribirla.
Hoy, al reflexionar sobre el pasado, no puedo dejar de pensar en la responsabilidad que tenemos de continuar luchando por un mundo mejor, por un camino más justo para todas las mujeres y niñas del planeta. Es cierto que cada día es un paso hacia ese cambio, pero ¿cómo podemos avanzar sin recordar lo que nos ha traído hasta aquí?

La historia de Sadako nos recuerda la importancia de la memoria, de no olvidar lo que hemos vivido, para poder construir un camino de sanación y transformación.
Este 8 de marzo, al igual que en el año pasado, mi corazón se llena de gratitud y de emoción, porque recordar nos permite aprender y avanzar. Sin embargo, recordar no es suficiente. Es hora de reescribir nuestras historias, aquellas que nos definen como mujeres, aquellas que nos empoderan para crear un legado de amor y esperanza para las generaciones venideras.
El poder de reescribir la historia está en tus manos. Y el viaje comienza hoy.
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